'El 5 de Tirso' ofrece la tarta de queso más madrileña: cremosidad de alta escuela con torreznos caramelizados

Sergio Roldán. Redacción. Madrid
16 jul
2 Min. de lectura

Del 30 de julio al 3 de agosto, la taberna más castiza de Madrid lanza una edición limitada que marida el dulce y el salado con arte chulapo.

Si hay un postre que ha conquistado mesones, tascas y restaurantes gourmet por igual, esa es la tarta de queso: ya no es solo un clásico, es un must con legión de fans. Pero en El 5 de Tirso, taberna con solera en la plaza homónima, no les basta con lo convencional.

Para celebrar el Día Mundial de la Tarta de Queso (30 de julio), han creado una versión que es puro atrezzo madrileño: tarta de queso sedosa, casi temblorosa, coronada con torreznos caramelizados. ¿Suena a locura? Pero ¡qué bien sabe la herejía cuando es con gracia!

La receta: un guiño goloso a lo castizoLa base es la de siempre (queso cremoso, toque de vainilla, ese punto justo entre lo denso y lo meloso), pero aquí entra en juego el torrezno, tratado como un topping de lujo. Primero se confita hasta quedar crujiente, luego se acaramela ligeramente con un toque de miel… y ¡zas!, al montaje. El resultado es un baile de texturas y sabores: la frescura láctea de la tarta se lleva de maravilla con el crack salado-dulce del torrezno. Una obra maestra de la contradicción deliciosa, como un chotis en boca.

Por qué funciona (y por qué hay que probarla)

Para los clásicos con duende: Porque la tarta de queso aquí no pierde esencia, pero gana personalidad.
Para los foodies sin prejuicios: Combinar dulce y salado no es nuevo, pero hacerlo con un producto tan madrileño como el torrezno tiene mérito.
Para los que aman lo efímero: Solo estará cinco días, como esos hits de verano que luego todos añoran.

El 5 de Tirso: tradición con chispa

Este local no es solo un sitio donde comer; es un homenaje a las tascas de siempre, pero con swing moderno. Su carta juega con los sabores de la cocina madrileña (callos, huevos rotos, croquetas de libro) dándoles un giro sutil. Y ahora, con esta tarta, demuestran que hasta lo más instagrameable puede tener alma castiza.