Ocho mil etiquetas y un solo latido: el alma independiente de Italia late en Bolonia

No existe lugar más idóneo que Bolonia, con su herencia rebelde y creativa, para acoger el mercado de los Vignaioli Independientes. Aquí, mil productores y productoras de la FIVI tomaron los pabellones 29 y 30 de BolognaFiere, ofreciendo más de ocho mil etiquetas de auténtico terruño. Todo dispuesto en una suerte de anarquía organizada, sin rigidez geográfica ni jerarquía de etiquetas, que parece rendir homenaje al carácter vibrante y libre de la ciudad anfitriona. Así, el visitante degusta no solo vinos, sino también la memoria viva de una urbe que nunca se resignó a ser simple espectadora, sino que transforma cada evento en celebración de la autenticidad

Por supuesto, no ha sido posible catar cada una de las ocho mil etiquetas presentes, pero a lo largo de un recorrido tan extenso como apasionante hemos probado varios que nos han marcado. Algunos destacan por su carácter singular, otros por la imprescindible oportunidad de disfrutarlos, y hay varios que, por mérito propio, se ganan una mención especial en estas líneas.

## Los únicos: uvas raras y territorios sin filtro

Vinos que se sienten hijos de su tierra, nacidos para romper clichés.

Casasetaro Pietrafumante pertenece a una uva casi secreta y muy poco conocida: el Caprettone. Este espumante, elaborado con el método clásico, nace en las laderas volcánicas del Vesubio, concretamente dentro del Parque Nacional Vesuvio, donde los suelos ricos en minerales y la altitud le confieren un carácter fresco y una mineralidad inconfundible. El Caprettone, una variedad autóctona de la Campania, sorprende por su capacidad de absorber la fuerza de la tierra volcánica y transmitirla en cada burbuja, regalando una expresión única que solo puede encontrarse en su territorio de origen.

 Muy cerca del Vesuvio, en Salerno, el Cabernet de Milavuolo representa una de las expresiones más originales y sinceras del sur italiano. En estas colinas bañadas por el sol y con el golfo a la vista, el Cabernet Sauvignon se cultiva en suelos ricos y arcillosos, beneficiándose de la influencia marina y de noches frescas que preservan su carácter vivo. El resultado es un tinto profundo y con personalidad: fruta roja jugosa, notas especiadas y un frescor poco frecuente en esta variedad

El “Marke” de Clara Marcelli está elaborado a partir de la uva Pecorino, una variedad blanca autóctona de Las Marcas que en los últimos años ha vuelto a brillar gracias al esfuerzo de productores comprometidos.En boca es potente y estructurado, pero al mismo tiempo elegante, sostenido por una acidez viva y un final largo marcado por la salinidad típica de la uva Pecorino. Es una botella que habla de territorio sin artificios, y representa de forma genuina la originalidad de Las Marcas y la personalidad atrevida de la bodega Clara Marcelli.

Tambien procedente de Las Marcas, El “Bianko” de Macondo es otro de esos vinos que brillan por su singularidad y fidelidad al territorio. Este vino blanco se elabora principalmente con un coupage de Trebbiano (aproximadamente un 60%) y Pecorino (40%), recogidas de viñedos cuidadosamente gestionados, prueba de cómo la mezcla de variedades tradicionales, vinificadas con respeto y mínima intervención, puede dar lugar a un vino blanco profundo, con alma de territorio y personalidad absolutamente inconfundible

## Inolvidables: excelencias que cuentan leyendas

 Hay vinos que destilan historia y territorio, y cuyo recuerdo se queda mucho después que el último sorbo

El Trentodoc Extra Brut 2021 de Cantina Michele Sartori es un espumoso elaborado exclusivamente con uvas Chardonnay, procedentes de los empinados viñedos en las laderas que rodean el lago de Caldonazzo, en pleno corazón del Trentino. Aquí, la altitud, la exposición al sol y la influencia de los vientos alpinos confieren al vino una elegancia y precisión excepcionales. Permanece más de 30 meses sobre lías, lo que aporta una burbuja fina y persistente, así como notas de pan tostado, cítricos y un sutil perfil mineral y floral que no tiene nada que envidiar a los grandes champagnes

El “Amarone della Valpolicella Classico Marogne Tonde Bio” de Corte Aleardi demuestra por qué el Amarone sigue siendo una leyenda viva del vino italiano. Procedente de viñedos cuidados con esmero bajo prácticas orgánicas y situados en las históricas terrazas de piedra seca (“marogne”), este Amarone es la síntesis de tradición y respeto por la tierra.  Taninos sedosos, acidez bien integrada y una persistencia larguísima, donde cada trago invita al siguiente. Es un vino que abraza la elegancia sin renunciar al carácter, y que convierte el exceso en virtud

El Valtellina Superiore Riserva Sassella “Rocce Rosse” 2018 de ARPEPE es un monumento del Nebbiolo alpino. Procedente de los históricos viñedos de Sassella —donde la roca viva aflora a la superficie y los muros de piedra sostienen terrazas ancestrales— cada sorbo es un viaje a las laderas imposibles de la Valtellina, donde la crianza prolongada en grandes botas dota al vino de una increíble sutileza, integrando a la perfección taninos sedosos, acidez eléctrica y una textura que se desliza en el paladar con profundidad y gracia

El Sforzato di Valtellina DOCG “Vino Sbagliato” 2022 de Dirupi es un vino inolvidable y un exquisito homenaje a la capacidad de innovación y de “sano error” (”sbagliato” siñifica equivocado) que se convierte en acierto: un tinto de altísima intensidad, donde la fruta negra madura y la confitura de ciruelas se mezclan con notas especiadas, balsámicas, y un sugerente fondo de licor y hierbas de montaña. El término “sforzato” alude a una de las técnicas más icónicas de la región: las uvas Nebbiolo (localmente Chiavennasca) se vendimian a mano y se dejan secar durante meses en pequeños alpendres, en un proceso de pasificación que concentra azúcares, aromas y estructura —al estilo del Amarone, pero con alma alpina y acidez vibrante.

## Mención especial: otras joyas dignas del recuerdo

 El “Mimmo 2023” de Le Piane (Colline Novaresi) llamó mi atención en primer lugar por compartir nombre conmigo—una de esas coincidencias que uno no puede dejar pasar en una feria de vinos. Más allá de la simpatía, este Nebbiolo resulta fascinante por esa ligereza poco habitual en la variedad: aquí la potencia cede el paso a la mineralidad, a la frescura y a una elegancia casi nórdica. Alejado de la grandilocuencia de los Barolo, el Mimmo apuesta por una franca honestidad y una expresión desnuda del territorio del norte del Piamonte. Es Nebbiolo, sí, pero despojado de rigideces: puro en sus matices, directo en su mensaje, y, por eso, encantador.

El Verment’oro de Sequerciani se elabora íntegramente con uva Vermentino, cultivada en suelos biodinámicos de la Maremma toscana, y se vinifica con maceración sobre pieles, lo que le da su característico color dorado e intensidad aromática. No es un blanco corriente: su perfil recuerda a los grandes vinos de “naranja”, con notas de fruta madura, cítricos confitados, hierbas mediterráneas y un fondo de tierra húmeda que lo hace reconocible y apetecible.

Procedente del corazón de las Langhe, el Baldissero Ancò Langhe Rosso 2018 apuesta por un enfoque artesanal y una interpretación personal de los tintos piamonteses. Ancò es un coupage que combina principalmente Nebbiolo con otras variedades tradicionales, resultando en un rosso vibrante y elegante a partes iguales que destaca por su frescura, taninos aterciopelados y una acidez balanceada que invita a seguir bebiendo.

El Rio 2023 se elabora en las colinas al norte de Florencia y principalmente con Pinot Noir, una variedad poco habitual en la Toscana y considerada caprichosa por su sensibilidad al clima y al suelo. Sin embargo, en las manos de Azienda Agricola Il Rio, el Pinot Noir expresa el lado más elegante del Mugello: fruta roja fresca, notas florales y un matiz terroso propio de los suelos pedregosos de la zona. En boca es jugoso, equilibrado y con una acidez viva, que lo hace muy placentero y versátil en la mesa.

Siope de Luigi Maffini es una de esas rarezas que resumen la profundidad y la promesa del sur de Italia. Es un tinto elaborado íntegramente con uvas Aglianico, cultivadas en el corazón del Cilento —una zona costera y de verdes colinas en la Campania. El nombre “Siope” significa silencio, y hace referencia tanto a la serenidad del lugar de procedencia como al largo envejecimiento del vino: pasa al menos cuatro años entre botella y barricas de roble, desarrollando una complejidad aromática fascinante y una persistencia extraordinaria.

La Loggia del Cavaliere de Tenuta Cavalier Pepe procede de la zona de Taurasi, una de las denominaciones más prestigiosas del Mezzogiorno, famosa por elevar al Aglianico a su máxima expresión. Ese vino pasa por un largo envejecimiento en barricas y botella, ganando en elegancia y profundidad. En nariz, muestra un abanico aromático amplio: fruta negra madura (moras, ciruelas), notas de regaliz, tabaco, especias dulces y un toque mineral marcado por el terruño volcánico. En boca, es poderoso pero refinado, con taninos firmes, acidez viva y un final persistente que deja recuerdos de fruta y especias, y demuestra que el sur italiano tiene mucho que contar cuando se trata de grandes tintos de guarda.

El Mercato del Vino de Bologna es un mosaico de historias y pasiones, donde cada botella permite viajar a un rincón distinto de Italia. Quien quiera conocer Italia de verdad no debe buscar atajos: que se siente a la mesa, abra un vino como estos… y escuche su relato.

Y, quién sabe, quizá en las próximas ediciones este gran mercado dé un paso más y abra sus puertas a un país invitado cada año. Imaginen: un pabellón entero dedicado a los vinos de Georgia, de Eslovenia, de España, de Portugal, de Grecia o de Hungría… Sería la manera perfecta de seguir celebrando la diversidad del vino auténtico y artesano más allá de las fronteras italianas, manteniendo siempre el mismo espíritu libre y terruñista que hace tan especial a la FIVI.

https://mercatodeivini.it/