Catalunya ha sido, es y será un referente indiscutible en el mundo de la gastronomía. Este año, en la edición 2025 de Madrid Fusión, la comunidad catalana no solo ha sido la invitada de honor, sino que ha reafirmado su papel protagonista en la última gran revolución gastronómica, cuyo epicentro se situó en la mítica cala Montjoi, hogar del desaparecido pero nunca olvidado El Bulli. Cataluña será la Región Mundial de la Gastronomía en 2025 y se convertirá, de este modo, en la primera región europea que recibe esta distinción. El reconocimiento confirma la consolidación de un modelo turístico innovador y regenerativo en el que la revolución gastronómica de Cataluña va mucho más allá del restaurante y abre las puertas a descubrir el territorio y la producción alimentaria local y singular.
Dèlia Perpiñà Giné, directora de PRODECA
El legado de El Bulli y la innovación catalana
La sombra de El Bulli, el restaurante de Ferran Adrià que revolucionó la gastronomía mundial, sigue siendo alargada. En Madrid Fusión, tanto Ferran como su hermano Albert Adrià han sido figuras centrales, recordando y actualizando las aportaciones que hicieron desde su laboratorio creativo en Roses. Ferran Adrià presentó herramientas desarrolladas por la Fundación El Bulli, como una aplicación destinada a mejorar la eficiencia creativa en la cocina, que ya se aplica en Enigma, el restaurante barcelonés de Albert. Estas herramientas, basadas en la taxonomía culinaria de la Bullipedia, son un ejemplo de cómo la innovación catalana sigue marcando el ritmo en la alta cocina.
Albert Adrià, por su parte, defendió en el espacio Dreams el menú degustación, una de las grandes aportaciones de El Bulli, mientras que Oriol Castro, de Disfrutar (Barcelona), mostró los complejos procesos detrás de sus creaciones, como la investigación sobre el uso de pectinasas para elaborar miel de frutas, inspirada en las antiguas hidromieles. Castro también presentó su famosa butifarra de chuletón, un plato que ha conquistado al público y a la crítica.
La cocina catalana en diálogo con el mundo
La presencia catalana en Madrid Fusión no se limitó a los Adrià y su legado. Albert Raurich, del restaurante Dos Palillos de Barcelona, subió al escenario para mostrar cómo el agua puede ser un hilo conductor en la gastronomía, simbolizando pureza y delicadeza, especialmente en la cocina japonesa. Su intervención fue un ejemplo de cómo la cocina catalana dialoga con otras tradiciones culinarias, creando sinergias y enriqueciendo su propio acervo.
El chef Joan Roca, de El Celler de Can Roca, también tuvo un papel destacado al participar en un homenaje al Llibre de Coch, el primer libro de cocina impreso en España, escrito originalmente en catalán. Roca reinterpretó una receta de Robert de Nola utilizando herramientas innovadoras como el Rotaval y el Roner, que su restaurante popularizó durante la revolución gastronómica. Además, destacó la importancia de la cocina catalana en la historia culinaria de España y su influencia en la gastronomía mediterránea.
Dulces, vinos y la huella catalana
El mundo dulce y el vino también tuvieron su espacio en Madrid Fusión, con figuras catalanas como Jordi Butrón, Oriol Balaguer y Christian Escribà, quienes demostraron que la repostería catalana sigue siendo un referente. Ferran Centelles, ex sumiller de El Bulli, impartió una sesión sobre la construcción de marca y el storytelling en el mundo del vino, mientras que Rafa Peña, del restaurante Gresca de Barcelona, destacó con un taller sobre cocina y vinos naturales.
Una revolución con acento catalán
Madrid Fusión 2025 ha sido, en definitiva, una celebración de la gastronomía catalana y su papel central en la última gran revolución culinaria. Desde las innovaciones de El Bulli hasta las creaciones actuales de restaurantes como Disfrutar, Dos Palillos o Enigma, Catalunya ha demostrado que su cocina es mucho más que una invitada: es una fuerza creativa que sigue inspirando al mundo. Con su mezcla de tradición, innovación y diálogo con otras culturas, la gastronomía catalana sigue siendo un faro en el universo culinario global.
Este homenaje a los 30 años de la revolución gastronómica no solo ha sido un reconocimiento al pasado, sino también una mirada al futuro, donde Catalunya seguirá siendo protagonista de la evolución de la cocina.
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