Al suroeste del gran estado de Chihuahua se encuentran las Barrancas del Cobre, también conocidas como el Cañón del Cobre, que son en realidad un sistema de siete cañones cuatro veces más extensos y dos veces más profundos que el Gran Cañón de Colorado en Arizona. Aquí, la inmensidad del horizonte se lleva la mirada y cuando estamos de vuelta ya ha bajado el sol y pega sobre las rocas de los acantilados con un cobrizo intenso que nos explica con intensidad silenciosa el nombre de este lugar. Edibray Gómez, secretario de Turismo de Chihuahua, nos amplia esta y otras informaciones durante un evento que se celebró en Madrid coincidiendo con su presencia en Fitur.
Edibray Gómez, secretario de Turismo de Chihuahua
La mejor manera de visitar estas barrancas es subir al famoso tren “El Chepe”, que hace siete paradas en distintas ciudades y pueblos a través de escarpados y despeñaderos que sin este tren resultan prácticamente inaccesibles. Se recomienda comenzar el viaje por el Pueblo Mágico de Creel, cerca de la ciudad capital, también llamada Chihuahua y de ahí hacer paradas y pernoctar en lugares de aventura como Divisadero o en pueblos llenos de naturaleza y cultura local, como Cerocahui.

El Chepe
En Divisadero lo primero es probar sus delicias: burritos, machaca, caldo de carne seca o mariscos son la especialidad, acompañados de un sotol, un destilado artesanal que es propio de la región. Ahí conviene buscar un buen hotel con vista a las barrancas e ir a comer a un restaurante con piso de cristal para no perder ni un segundo de esa vasta sensación de libertad. Luego sigue la aventura y en Divisadero hay para todos los niveles: desde los más arrojados que pueden hacer rappel, escalada y un circuito de siete tirolesas, incluyendo el zip rider (tipo columpio) con una longitud de más de 2,500 metros, considerada la más larga del mundo en su tipo; hasta aquellos que se sienten más seguros en vehículos como teleféricos. En todo caso, la idea es admirar desde lo alto estos bosques y cañadas sinuosas, tener una vista privilegiada que resulte inolvidable.
Espectaculares vistas de un Cañón cuatro veces más grande que el de Colorado (EE.UU) esperan en el Parque de aventura Barrancas del Cobre, con un circuito de siete tirolesas, (una de ellas, la más larga del mundo), un bosque aéreo, rappel, escalada, puentes colgantes y un teleférico.
Espectaculares vistas de un Cañón cuatro veces más grande que el de Colorado (EE.UU) esperan en el Parque de aventura Barrancas del Cobre, con un circuito de siete tirolesas, (una de ellas, la más larga del mundo), un bosque aéreo, rappel, escalada, puentes colgantes y un teleférico
Conoce la cultura Rarámuri
Una de las paradas del tren que hace el Chepe es Bahuichivo, a 18 kilómetros de Cerocahui, cuya población mayoritaria es Rarámuri. Aunque es un pequeño pueblo hay hoteles de primer nivel y lugares cómodos para vivir la cultura Rarámuri, disfrutar su gastronomía, caminatas con ellos o bien, comprar sus magníficas artesanías. Esta cultura es considerada seminómada, algunos viven en cuevas y dependiendo la época del año y el clima, se mudan a otras locaciones más convenientes. Son mundialmente famosos por su participación en maratones pues en su cultura correr es algo tan natural como respirar: lo hacen con sus ropas tradicionales y semidescalzos, por lo que hay mucho que conocer de ellos. Además, en Cerocahui hay que visitar las primeras misiones jesuitas que llegaron a México y caminar a la Cascada de Yeparavo y al mirador del Cerro del Gallego, desde donde se puede ver Barranca de Urique, la más profunda de toda la sierra.
En sitios como Divisadero también hay restaurantes con piso de cristal para apreciar la altura natural, hoteles y cabañas para quedarse a vivir la cultura Rarámuri.

El chef Alejandro Rubio Ramos

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